lunes, 7 de marzo de 2011

Aviso del porvenir

¡Atención! ¡Atención! Se abre una fábrica
de buenos sentimientos. ¡Atención!
¡Acudid! ¡Acudid! La ciencia hipnótica
le ha tocado las barbas al buen Dios.

Procedimientos de excelentes médicos
pueden hacer sentir a un corazón,
en un minuto o dos, a precios módicos,
lo que guste el feliz consumidor.

Pueden hacerse los bandidos ángeles
como se hacen tortillas con jamón,
y se dan pasaportes baratísimos
para ir al reino celestial, by God!

Se hacen almas virtuosas y magníficas
de cuarenta caballos de vapor,
y lecciones se dan teórico-prácticas
para vencer a Lucifer al box.

Yo, señores, me llamo Peter Humbug
(obsecuente y seguro servidor),
y me tienen ustedes a sus órdenes,
30, Franklin Street, en Nueva York.

[Rubén Darío (1867 - 1916)]

No hay comentarios:

Publicar un comentario